El día 2 de julio hubo una representación histórica de doña Berenguela y la unión de Castilla y León en el marco incorparable de San Pedro Cultural
La asociación cultural “Doña Constanza” narró la interesante e influyente vida de esta Mujer (Doña Berenguela) nacida alrededor del año 1179 hija primogénita del rey Alfonso VIII rey de Castilla
Tiempos de luchas internas de los reinos de la península Ibérica y a la vez reconquista y amistades con los árabes
Por lo que vivió los avatares de la batalla de las Navas de Tolosa, promovida por su padre Alfonso VIII de Castilla (rompiendo la tregua que le unía al emir almohade Muhammad an-Nasir), bendecida por el Papa Inocencio III prometiendo el perdón de los pecados a los que lucharan en ella; todo ello con la intervención del arzobispo de Toledo (Rodrigo Jiménez de Rada) y participada con Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra.
Doña Berenguela una vez anulado su primer matrimonio de desposó con Alfonso IX rey de León que le habían anulado su primer matrimonio (con Teresa de Portugal) del que tuvo dos hijas (Sancha y Dulce). De este matrimonio nació Fernando. Este segundo matrimonio también anulado.
A la muerte de su padre (Alfonso VIII) es heredero el niño Enrique por lo que doña Berenguela es nombrada regente pero los nobles castellanos no esteban muy de acuerdo y cede la regencia a conde Álvaro Núñez de Lara.
El heredero Enrique muere joven en Palencia y Doña Berenguela es nombrada reina de Castilla pero cede sus derechos a su hijo Fernando.
Alfonso IX de León nombra herederas al trono a sus hijas Sancha y Dulce.
Quizás la intervención más importante que realizó doña Berenguela es el acuerdo de Benavente, donde se reunió con Teresa de Portugal para que sus hijas (Sancha y Dulce) renunciasen al reino de León en favor de su hermanastro Fernando a cambio de bienes materiales, por lo que Fernando III el santo unió y reino en CASTILLA Y LEON.
Interesante lección de nuestra historia con un rico vestuario con representantes del pueblo en un marco moderno pero con historia.
Y como siempre sin publico no hay espectáculo.
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